Hacia 1870, después de la guerra, el grupo de artistas que formaba la tertulia del Café Guerbois, trasladó su habitual lugar de reuniones al Café La Nouvelle-Athènes, situado en la Place Pigalle de Montmartre, y sobre 1880 empezaron a acudir Van Gogh, Seurat, Gauguin, Toulouse-Lautrec y Matisse. A finales del siglo XIX, el café cierra sus puertas, y fue cambiando de dueño, de diseño y de nombre varias veces, pero ya no tenían nada que ver con aquel café de antaño.