Picasso nació en Málaga, el día 25 de octubre de 1881. Empezó pronto su afición por la pintura y el dibujo, alentado por sus padres. Se sumerge en la bohemia 
barcelonesa de principios de siglo, y ya en 1904 decide trasladarse definitivamente a París, instalándose en el célebre Bateau-Lavoir, en Montmartre, que fue un alojamiento compartido por artistas sin dinero, donde convivían y trabajaban. Allí, Pablo traba amistad con Braque y Apollinaire, convirtiéndose en asiduo del Lapin Agile, y se enamora de Fernanda Olivier. Desde que se instaló en Montmartre, la paleta y los temas de Picasso empezaron a cambiar; la pobreza y dureza de la vida de los artistas de circo y saltimbanquis aportaron un nuevo lirismo a sus cuadros en el paso de la época azul a la denominada época rosa. Durante tres años pinta y dibuja sin cesar, rendido a la influencia de Cézanne, mientras elabora con Braque las líneas maestras del cubismo, pintando Las señoritas de Aviñón. Pronto viene el asombro y el escándalo ante un estilo deforme que rompe todos los cánones, al tiempo que Picasso expone en Munich y en Nueva York. Conoce a una nueva compañera, Marcelle Humbert, y siempre seguido por Braque, se lanza a inventar el cubismo sintético, que los acerca al borde de la abstracción. Poco después, se muda de Montmartre a Montparnasse. Tras la Segunda Guerra Mundial, Picasso se instala en el sur de Francia. Su vitalidad artística le lleva a la cerámica y la escultura, que practicó con continuidad a lo largo de toda su carrera. Sus dos últimas relaciones amorosas, con Francoise Gilot, que le daría dos hijos más, y con Jacqueline Roque, con la que se casa en 1961 y permanece hasta su muerte, le dan la estabilidad que hace posible el asombroso despliegue de su obra de vejez. Picasso utiliza entonces todos los recursos que ha ido descubriendo a lo largo de su carrera para hacer una pintura de extraordinaria libertad. Fallece en Mougins en 1973, cuando preparaba dos exposiciones, demostrando su capacidad creativa hasta el final.
© Image&Art y BiografiasyVidas
barcelonesa de principios de siglo, y ya en 1904 decide trasladarse definitivamente a París, instalándose en el célebre Bateau-Lavoir, en Montmartre, que fue un alojamiento compartido por artistas sin dinero, donde convivían y trabajaban. Allí, Pablo traba amistad con Braque y Apollinaire, convirtiéndose en asiduo del Lapin Agile, y se enamora de Fernanda Olivier. Desde que se instaló en Montmartre, la paleta y los temas de Picasso empezaron a cambiar; la pobreza y dureza de la vida de los artistas de circo y saltimbanquis aportaron un nuevo lirismo a sus cuadros en el paso de la época azul a la denominada época rosa. Durante tres años pinta y dibuja sin cesar, rendido a la influencia de Cézanne, mientras elabora con Braque las líneas maestras del cubismo, pintando Las señoritas de Aviñón. Pronto viene el asombro y el escándalo ante un estilo deforme que rompe todos los cánones, al tiempo que Picasso expone en Munich y en Nueva York. Conoce a una nueva compañera, Marcelle Humbert, y siempre seguido por Braque, se lanza a inventar el cubismo sintético, que los acerca al borde de la abstracción. Poco después, se muda de Montmartre a Montparnasse. Tras la Segunda Guerra Mundial, Picasso se instala en el sur de Francia. Su vitalidad artística le lleva a la cerámica y la escultura, que practicó con continuidad a lo largo de toda su carrera. Sus dos últimas relaciones amorosas, con Francoise Gilot, que le daría dos hijos más, y con Jacqueline Roque, con la que se casa en 1961 y permanece hasta su muerte, le dan la estabilidad que hace posible el asombroso despliegue de su obra de vejez. Picasso utiliza entonces todos los recursos que ha ido descubriendo a lo largo de su carrera para hacer una pintura de extraordinaria libertad. Fallece en Mougins en 1973, cuando preparaba dos exposiciones, demostrando su capacidad creativa hasta el final.© Image&Art y BiografiasyVidas
