Guillaume Apollinaire

Nació en Roma y pasó gran parte de su infancia en la Costa Azul, algo que le hizo abrir los ojos al mundo y descubrirlo. En Monaco, donde estudió, comenzó a inventar. Llega a París en 1902, trabajando como contable en la bolsa y como crítico para varias revistas. Frecuentaba el Bateau-Lavoir, y así es como se hizo amigo de Picasso y demás artistas, con los que compartió la vida bohemia de la época y frecuentó los círculos artísticos y literarios de París, donde adquirió cierta notoriedad, además de escribir el texto que sirvió de manifiesto para el Cubismo, Los pintores cubistas. Apollinaire paseaba por las calles y barrios de las dos orillas del Sena, transmitiendo sus observaciones sobre la vida cultural y los recovecos más curiosos de París, siempre bajo el prisma de sus propios recuerdos. Fue uno de los grandes provocadores de un tiempo en el que la burguesía aún se escandalizaba. Probablemente fue ésa, y no ninguna otra, la razón de sus textos libertinos. Al estallar la guerra de 1914, se alistó como voluntario y fue herido de gravedad en la cabeza en 1916; ese año se le concede la nacionalidad francesa.

Las horas pasan lentamente
Como el desfile de un entierro
Llorarás la hora en que lloras
Que huirá también rápidamente
Como pasan todas las horas
 
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