Suzanne Valadon

Su nombre era Marie-Clementine Valade, hija de madre soltera. Su madre se trasladó a París, donde Suzzanne creció sola y desamparada en el barrio de Montmartre, dedicándose a la lavandería y al mundo del circo, debutando como trapecista, teniendo que abandonar debido a una caída. Se dedicó entonces a posar como modelo para artistas como Renoir, Degás o Lautrec, quedando embarazada a los 18 años, naciendo el también pintor Maurice Utrillo. Suzanne intentó que Lautrec se casara con ella, amenazándole con el suicidio si renunciaba al matrimonio lo que provocó que Henri la abandonara, respondiendo la joven con un verdadero intento de suicidio en 1888. El músico Erik Satie se enamoró de ella nada más verla, y le propuso matrimonio la primera mañana que la conoció. Tuvieron un romance, pero Suzanne se casó sería con Paul Moussis, un banquero con el que vivió una de las etapas más estables y centradas de su vida. No duró mucho tiempo esta etapa de sosiego. Saltó en pedazos cuando conoció a un amigo de su hijo, André Utter, del que se enamoró a pesar de la diferencia de veintiún años de edad. No importó, Suzanne abandonó a su marido y formó junto a su hijo y Utter un trío inseparable de diversión y experiencia artística (Les llamaban La Santísima Trinidad), y además llegaron a realizar exposiciones colectivas. Más tarde empezó a realizar exposiciones individuales. Ya entonces era una pintora con un estilo personal y propio, en el que destacaban sobre todo sus desnudos, tanto masculinos como femeninos. Fue una mujer especial, divertida y desinhibida, a la que no le faltaba el toque extravagante de aquel mundo bohemio en el que se había criado y que tanto le atraía, y así se dice de ella que tenía una cabra en su estudio para que se comiera sus malos dibujos, o que daba de comer caviar a su gato los viernes, o que se había hecho un sujetador con zanahorias frescas. Murió en 1938.

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