Fue uno de los padres del puntillismo. Perteneciente a una familia modesta, comenzó desde muy joven a dibujar bajo la dirección del escultor Lequien. Más tarde, ingresó en la escuela de Bellas Artes, en el taller de Lehman. Dotado de
un espíritu positivo y de una inteligencia precoz, Seurat se interesó por las investigaciones de los teóricos de la luz. Los puertos de Bretaña y Normandía, que visitaría frecuentemente a lo largo de toda su vida, inspiraron la mayoría de sus paisajes. Después de terminar el servicio militar en Brest, volvió a París en 1880, donde compartió un pequeño estudio en la ribera del Sena con Aman-Jean y Laurent. En 1884 él y otros artistas formaron la Société des Artistes Indépendants. Allí conoció y estableció una amistad con su compañero artista Paul Signac. Durante los años siguientes Seurat continua con su estilo particular, llegando a realizar obras puntillistas incluso con personas. Su obra sigue sin ser entendida por el público y por los críticos. En 1889 pinta el cuadro La torre Eiffel, monumento que le fascinaba. A partir de este momento, empieza a aislarse cansado de las polémicas que rodean su obra. Se mudó a un estudio más tranquilo donde vivió con una joven modelo, Madelaine, con la que tuvo un hijo. Seurat tenia varias amantes que sin que ella se enterara; y tuvo más de quince hijos no reconocidos. Seurat murió de difteria a la temprana edad de 31 años, y Madeline dio a luz a su segundo hijo. Fue incinerado en el cementerio de Père Lachaise. Su muerte evitó que completara sus investigaciones en el puntillismo, el divisionismo y en la física de los colores.
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